Si la mitad de los europeos dice hablar bien inglés, aquí sólo el veinticinco por ciento lo hace. En España, la presencia del inglés es mínima en la vida cotidiana. En casi toda Europa la gente está acostumbrada a ver versión original en la televisión y en el cine, al contrario que aquí.
Pero cuando se pregunta a la población, casi todo el mundo está de acuerdo: el inglés es fundamental. Por ejemplo, cuatro de cada cinco empresas españolas exigen un nivel alto de inglés para entrar en su plantilla. Esta norma parece que no se aplica en Moncloa, ya que la lengua de Shakespeare tampoco era el fuerte de Suárez, ni el de Felipe González ni el de Aznar.
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